martes, 8 de abril de 2014

El caos que produce la intensidad


El caos que produce la intensidad
Aunque se tenga una imagen del enfermo de Esclerosis Multiple como un paciente con una evolución permanente de la patología, con eventuales cambios, en realidad su vida está repleta de momentos intensos que sacuden la larga enfermedad. 
Así es como: Los empeoramientos, brotes o exacerbaciones, el dolor y otros síntomas físicos. Mas la dependencia, la soledad, el duelo de lo perdido, las dificultades, los fracasos de los tratamientos y el miedo al futuro son sólo algunos de los eventos que causan, en el paciente de Esclerosis Multiple y otras enfermedades crónicas, "una gran intensidad emocional."

Es en esos momentos en los que el paciente siente una especial necesidad de comunicarse, de hablar de su gran malestar, pero no puede hacerlo de una manera tranquila y ordenada como desearían los profesionales sanitarios que le atienden o los familiares y amigos que lo rodean. 
El entorno del paciente quisiera oír al paciente Esclerosis Multiple hablar de su enfermedad como algo pasajero o como algo con lo que ha aprendido a convivir.

Pero en vez de expresarse con tranquilidad en esos momentos intensos, el paciente de Esclerosis Multiple como muchos pacientes crónicos, muchas veces, abran llorando . Esta manera de comunicarse puede estar producida por pensamientos como:
- “No puedo más con esta enfermedad”.
- “Quiero volver a ser como era antes de enfermar”.
- “¡Otra vez he empeorado!”
- “Estoy muy solo con esta situacion, estoy rodeado de gente que no me entiende.
- “Ya no puedo hacer tantas de las cosas que hacía antes”.
- “No mejoro”.
- “Otra medicación que no me hace nada”.
- “¿Qué va a ser de mí? ¿Quién me cuidará?”
- “No sé si vale la pena vivir”

Pensamientos inevitables y racionales frente a tal intensidad emocional.

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