viernes, 17 de junio de 2016

Diana vuelve a caminar

Diana vuelve a caminar


Diana vuelve a caminar
Vino a España desde Kazajistán después de dos años sin mover las piernas

Un tratamiento le ha permitido recuperar la movilidad en cuatro meses

No podía dar ni dos pasos desde hacía algo más de dos años. Sus piernas estaban rígidas y el dolor siempre estaba presente. Diana, una chica de 15 años de Kazajistán, llevaba más de 700 días enfadada con la vida. Sin saber qué le pasaba, después de varios informes médicos que no encontraban respuesta clara para su inmovilidad, sus padres decidieron traerla a España, como un último recurso para su hija. Acertaron.

Diana era una chica normal, iba a un colegio de elite y parecía muy inteligente. Un día, mientras estaba en clase, notó que se le dormía una mano. Después aparecieron hormigueos en las piernas y en tres días dejó de moverlas. Los médicos le diagnosticaron un episodio de desmielinización en su médula, es decir, un problema de la membrana que recubre este tejido nervioso, ocasionado por el ataque de sus propios anticuerpos. Aunque tras recibir un tratamiento mejoró, al poco tiempo volvió a recaer y sus piernas dejaron de responder.

La inflamación de la mielina puede generar dolor pero, en su caso, las molestias parecían consecuencia de la inmovilidad. «Diana había tenido aparentemente una lesión medular, probablemente transitoria, de origen postinfeccioso. Estas lesiones tienen tratamiento y normalmente remiten sin secuelas. Pero ella llevaba dos años sin caminar», explica la doctora Rocío Sánchez-Carpintero, especialista en Pediatría y Neurología Infantil de la Clínica Universidad de Navarra y una de las integrantes del equipo multidisciplinar que estableció el que iba a ser el tratamiento de Diana a lo largo de los siguientes meses.

Tras realizar múltiples pruebas para descartar una lesión física, incluido el paso por anestesia (donde se comprobó que bajo sedación las articulaciones se movían), «pensamos que el cerebro era el responsable de lo que le pasaba, al haber remodelado sus circuitos debido al dolor y la rigidez. Por eso pensamos que podía salir de esa situación con rehabilitación, tratamiento psiquiátrico y relajación», apunta esta especialista.

«Nuestro cerebro ante el dolor reacciona cambiando sus circuitos, que terminan fijándose y modificando la percepción de la propia anatomía. Es como si aprendiera a percibir la rigidez y el dolor continuamente. El cerebro, ante cualquier movimiento o rigidez, perpetúa el dolor y lo potencia, pero éste es absolutamente real», señala Sánchez-Carpintero. A través de una serie de pruebas, comprobaron que su nivel de dolor era de ocho o nueve (en una escala de 10), intensidad que permaneció durante el primer mes y medio de tratamiento.

Cuando llegó a Navarra, a finales de octubre de 2015, ingresó en una silla de ruedas. No dejaba que nadie, excepto su madre, la movilizara porque, al menor movimiento, el dolor se volvía insoportable. Como recuerda César Soutullo, responsable de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente del centro pamplonés, «el pronóstico era muy malo. Además, al principio tenía una actitud de niña enfurruñada, no quería hablar con nadie, sólo quería estar con su madre. Tenía miedo al dolor. Parte del tratamiento fue bajarle su enfado. Además, ella debía asumir que su problema no era físico, sino un trastorno de somatización. Para lograr esto, empezamos con dos enfermeras a hacer ejercicios de relajación y con medicación antidepresiva para reducir su ansiedad frente al dolor».


Diana durante una de sus sesiones de rehabilitación. CLÍNICA DE NAVARRA
Carolina Machiñera fue una de las enfermeras que estuvo cada día con ella en estas sesiones que al principio fueron, reconoce, muy difíciles por su falta de colaboración, que se prolongó durante mes y medio. Algo que también recuerda Milagros Casado, directora del Departamento de Rehabilitación de la Clínica: «No podíamos ponerla ni en plano inclinado».

Todo cambió cuando le enseñaron un vídeo de ella mientras estaba sedada y le movilizaban sus articulaciones, comprendió que verdaderamente estaban bien. «Otro gran avance fue cuando empezó a notar el movimiento de los dedos de sus pies. Fue entonces cuando empezó a relajarse», explica la enfermera especialista en Salud Mental que aplicó técnicas como la relajación progresiva de Jacobson, imaginación dirigida, yoga... «El día en que movió la rodilla se le dibujó una sonrisa. Cuando aprendió a relajarse, cambió la relación conmigo, porque se dio cuenta de que ella podía ayudar en ese proceso».

A medida que fue mejorando, los rehabilitadores y fisioterapeutas lograron que la niña soportara la carga sobre las piernas y que posteriormente se pusiera de pie con su propio apoyo, «algo que logramos a finales de noviembre. Pero, fue por esas fechas, cuando ella se empezó a poner límites de superación cada día», señala Casado.

Desde ese momento, y coincidiendo con un viaje de Soutullo fuera de España, Diana empezó a grabar su proceso de recuperación para que el psiquiatra viera sus avances. «A partir de ahí fue todo mucho más rápido. Grabó un montón de vídeos. Me pedía que le hiciera fotos. El cambio fue impresionante, ver su evolución ha sido una maravilla», reconoce Machiñera.

Para Casado, habría que destacar «el empeño, la motivación y la autoexigencia que ha tenido Diana para recuperarse, pero eso fue cuando se dio cuenta de que el dolor iba siendo controlado con el tratamiento». Esta médico rehabilitadora recuerda un momento clave en esa recuperación: el día en que Diana empezó a nadar. «Ella competía antes de la parálisis. Cuando comprobó que podía volver a nadar, fue una alegría cada día y tuvo una progresión impresionante. A mitad de enero, Diana caminaba con bastones y a finales de ese mes, nos hizo un baile de hip-hop de forma autónoma».

Como explica Soutullo, «no se trata de un milagro. Es una enfermedad psiquiátrica conocida, que tiene síntomas físicos. Lo que pasa es que esta niña, después de dos años en silla de ruedas, tenía un pronóstico muy malo». Este psiquiatra destaca la importancia del enfoque multidisciplinar y la coordinación que cada semana todos los especialistas tuvieron, cada uno aportando una visión complementaria de este problema.

De hecho, al problema de Diana se le ha puesto otro apellido en el servicio de Neurología: dolor regional complejo. «Hemos tratado cinco casos como éste y también con buenos resultados. Niños que llevaban mucho tiempo con alguna inmovilidad por un evento o traumatismo», apunta Sánchez-Carpintero. «Sin embargo, la recuperación de Diana se dio en cuatro meses. Un tiempo menor que el de otros casos. En este, se contó con la ventaja de que la paciente estaba lejos de su país y, por tanto, le pudimos hacer un tratamiento intensivo, lo que aceleró su evolución. Es una patología que un neurólogo, un psiquiatra o un médico rehabilitador no pueden tratar por sí solos».

Desde Kazajistán, vía correo electrónico, Diana explica a este periódico cómo fue su vuelta a su país: «toda mi familia tenía lágrimas de felicidad cuando me vieron caminar y al saber que estaba curada». Ahora, cuando ha recuperado la normalidad en su día a día, afirma que «en este momento, mi vida está llena de colores brillantes. Quiero terminar el colegio, empezar a estudiar en la universidad y viajar mucho por todo el mundo».

domingo, 12 de junio de 2016

Esclerosis múktiple y ocrelizumab

Malagueños con esclerosis múltiple prueban un fármaco que reduce la discapacidad

Un grupo de pacientes malagueños con esclerosis múltiple ha participado en el estudio de un fármaco experimental que ha determinado unos resultados que los médicos califican como prometedores. Se trata de Ocrelizumab, un medicamento de Roche que reduce significativamente las recaídas y la progresión de la discapacidad en esclerosis múltiple.

La incidencia de la enfermedad es de 125 casos por cada cien mil habitantes –se calcula que en Málaga hay unos 2.000 pacientes– y el perfil en el momento del diagnóstico suele ser el de una mujer con una edad comprendida entre los 25 y los 35 años. Hoy día, de cada cuatro pacientes tres son mujeres, una cifra que evidencia el aumento de la enfermedad, que antes se daba en dos féminas por varón. En cualquier caso, según el hasta hace unos meses jefe del Servicio de Neurología de Carlos Haya, Óscar Fernández, se trata de una enfermedad en aumento pues hace dos décadas existía la mitad de casos que en la actualidad. No obstante, tal y como apunta el experto, que pese a su jubilación sigue investigando y formando parte de los ensayos puestos en marcha por su equipo, el aumento también tiene que ver con la mejora en los diagnósticos. A pesar de ello, los neurólogos tienen claro que la esclerosis puede estar relacionada con factores ambientales o el abuso de determinados fármacos, como los antibióticos.

Fernández explica que esta enfermedad neurodegenerativa puede darse de dos formas. La primera de ellas y menos común es la primaria progresiva, que afecta a un 15% de quiénes la padecen. Este fármaco ha demostrado su eficacia en esta tipología de la esclerosis, que hasta ahora no había logrado buenos resultados. De hecho, de los pacientes que tomaron el novedoso tratamiento la progresión de la enfermedad se redujo en un 25%, lo que les dio más calidad de vida, ya que este tipo de esclerosis es más invalidante y ocasiona discapacidad desde el inicio. El estudio alcanzó otros objetivos secundarios como la reducción del tiempo requerido para caminar 25 pies (7,62 m.), el volumen de lesiones cerebrales inflamatorias crónicas y la pérdida de volumen del cerebro.

La otra forma de manifestarse la esclerosis, la recurrente remitente, se da en brotes. «Con el paso de los años pasa a ser secundariamente progresiva. Este fármaco mejora en eficacia, funciona en pacientes a los que no le valían otros y es un tratamiento bien tolerado, sin efectos secundarios graves», señala el neurólogo. El fármaco, aún experimental internacional y en fase tres y a la espera de ser aprobado en 2016, es más cómodo de administrar, según explica Óscar Fernández, que los anteriores, menos efectivos según los expertos. Este se inyecta cada seis meses, a diferencia de otros que requerían de tres tomas por semana. Ocrelizumab es un anticuerpo monoclonal diseñado para actuar selectivamente sobre los linfocitos B CD20-positivos, un tipo específico de célula inmunitaria que podrían contribuir de forma clave a los daños en la mielina, lo que ocasiona la esclerosis múltiple.

En España han participado 14 centros en el estudio ORATORIO –para la esclerosis primaria progresiva– cuatro centros en el OPERA I y diez centros en el OPERA II –ambos para la recurrente– con un total de 141 pacientes. El Hospital Carlos Haya de Málaga ha participado en ambos y, según cuenta el doctor Fernández, todos los pacientes que han participado, tanto de una como de otra tipología, han tolerado bien la medicación.

El neurólogo reconoce que esta enfermedad ha evolucionado mucho con el paso de los años. «Antes se tardaba en diagnosticar años, ahora se hace en seis meses, se hace un diagnóstico muy temprano». En lo que respecta a la prevención, reconoce que cada vez se está avanzando más, habiéndose descrito un déficit en vitamina D, por lo que una forma de evitar la aparición de esclerosis podría ser la toma de esta vitamina mediante un suplemento vitamínico. La evolución de la enfermedad también ha cambiado notablemente gracias a que, además de este nuevo fármaco, existen otros 12. «Ahora las expectativas de vida son muy altas, pueden llevar una vida prácticamente normal y poco alterada. Ha mejorado en cuanto a calidad de vida, podemos retrasar muchos años la discapacidad», confiesa el médico, que añade que hay incluso a quien no le llega a aparecer este tipo de síntomas invalidantes.

En lo que se refiere a la curación de la enfermedad, aún un tema utópico para sus pacientes y expertos que la tratan, Óscar Fernández admite que se ha logrado que en muchos casos no se manifieste aunque el paciente deba seguir en tratamiento, extremo que compara con otras patologías crónicas como la hipertensión o la diabetes. «Estamos teniendo grandes logros, pero es cierto que no podemos hablar de cura definitiva», concluye.

viernes, 3 de junio de 2016

El gen de la esclerosis múltiple

Un científico barcelonés encuentra el primer gen que causa esclerosis múltiple

Un científico barcelonés encuentra el primer gen que causa esclerosis múltiple
Imagen cedida por Carles Vilariño-Güell y University of British Columbia.
A más de 8.600 kilómetros de casa, Carles Vilariño-Güell no imaginaba que entre aquellas trece mil muestras de ADN se encontraba el 'Santo Grial' de la esclerosis múltiple. Cuando comenzó a trabajar con Dessa Sadovnick, la tarea titánica que ambos abordaron parecía imposible: encontrar la causa genética de una enfermedad autoinmune que afecta a más de 2,5 millones de personas en el mundo. Como si de dos Quijotes se tratara, Vilariño-Güell y Sadovnick comenzaron su particular lucha de gigantes. ¿El objetivo? Encontrar el primer gen que produjera esclerosis múltiple, algo calificado por la ciencia como "imposible" durante más de cuarenta años.
La ciencia había rechazado durante décadas que la esclerosis múltiple tuviera una causa genética directa. Pero se equivocaba
Entre burlas, negaciones y dudas, la investigación había rechazado la posibilidad de que la esclerosis múltiple fuera causado por algún error o mutación genética. La propia Sadovnick fue obligada a terminar una charla en un congreso científico antes de tiempo, cuando el moderador decidió que su hipótesis sobre la genética de la esclerosis múltiple era "absurda". Y, sin embargo, no se equivocaban. Un estudio, publicado en la revista Neuron, ha identificado el primer gen que provoca la aparición de la esclerosis múltiple. Su hallazgo ha sido posible gracias a la tecnología de secuenciación masiva del ADN. El 'Santo Grial' no era una utopía.
"He tenido la fortuna de participar en el pasado en el descubrimiento de algunas mutaciones y genes asociados con variantes familiares de enfermedades neurológicas comunes, tales como DNAJC13 y VPS35 en la enfermedad de Parkinson, por ejemplo. Pero este hallazgo es del que más orgulloso me siento porque es el primer gen causante de esclerosis múltiple, y espero que tenga una amplia repercusión en las opciones de tratamientos futuros para los pacientes", explica Vilariño-Güell a Hipertextual. El científico de la University of British Columbia resalta que estamos ante una "evidencia clara e irrefutable" de que también existen variantes familiares en el caso de la esclerosis múltiple, lo que espera que se traduzca en un impulso de la investigación genética de este trastorno.
Al contrario que en el mal de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson, "no se había demostrado que hubiera casos hereditarios en la esclerosis múltiple", comenta Pablo Villoslada, jefe del grupo IDIBAPS Patogenética y nuevas terapias en Esclerosis Múltiple. La genética sí se había relacionado con un 30% más de riesgo de padecer esta patología, pero "nunca se había encontrado una causa genética hereditaria". En opinión del investigador, fundador y asesor científico de la spin-off Bionure, "el estudio es muy importante porque llevábamos años buscando la base genética de la enfermedad". Su descubrimiento demuestra, como señalaba Vilariño-Güell, que el trastorno puede ser hereditario, al contrario de lo que se pensaba hasta la fecha.
esclerosis múltipleLa esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central. Por alguna razón hasta ahora desconocida, el "envoltorio" que recubre nuestras fibras nerviosas es destruido. Estas capas protectoras son conocidas como vainas de mielina que, al desaparecer, dejan de cumplir su función. Como consecuencia, los nervios pierden capacidad de conducir impulsos eléctricos desde y hacia el cerebro, lo que provoca síntomas como fatiga, falta de equilibrio, dolor, dificultades para hablar, alteraciones visuales y cognitivas o temblores.
Hasta el momento se sabía que existían diversos factores genéticos, inmunológicos y ambientales que aumentaban la predisposición de este trastorno inflamatorio. Como señalaba la especialista Mar Mendibe en el blog de la Fundación Esclerosis Múltiple Euskadi, los estudios realizados en el pasado permitían descartar que se tratase de una enfermedad hereditaria. Sin embargo, el trabajo presentado ahora por Vilariño-Güell y Sadovnick cambia todo lo que sabíamos al respecto, al identificar la primera causa genética de esta patología.
Es la primera vez que se identifica una mutación genética que causa esta enfermedad neurológica
"El hallazgo es muy relevante porque es la primera vez que identificamos una mutación capaz de causar la enfermedad", comenta Vilariño-Güell a este medio. Los investigadores habían determinado anteriormente variantes en el ADN que incrementaban la propensión de padecer esclerosis múltiple en un 1,1-1,3%. "Si en Canadá el riesgo en la población general es del 0,1%, los factores asociados lo incrementaban hasta el 0,13%", explica el científico a modo de ejemplo. La mutación que han identificado se relaciona con una probabilidad de al menos el 60-70% de sufrir esclerosis múltiple, según lo estimado en las dos familias estudiadas. Esto demuestra que, al contrario de lo que se creía, las variantes familiares del trastorno neurológico existen y su análisis nos permitirá comprender mejor los mecanismos moleculares que causan la patología, además de promover el desarrollo de modelos animales y tratamientos más efectivos.
Buscar "una aguja en un pajar"

En esta investigación, la tecnología ha jugado un papel fundamental. La secuenciación masiva del ADN permitió identificar la mutación patogénica * NR1H3*, que también se ha asociado con una progresión rápida de la enfermedad. "La secuenciación por NGS [next-generation sequencing, en inglés] ha sido clave. Las familias fueron estudiadas hace años, pero ha sido sólo ahora cuando hemos sido capaces de identificar genes y mutaciones como los que describimos", destaca el investigador. Poco podía imaginar Carles Vilariño-Güell, cuando residía en la localidad catalana de Torelló, en la comarca de Osona (Barcelona), que algún día su trabajo podía cambiar tanto nuestro conocimiento de una de las enfermedades neurológicas más graves. La frustración que compartieron durante años tanto él como Sadovnick se ve recompensada ahora por un hallazgo que ayudará a miles de pacientes en todo el mundo.
La tecnología de la secuenciación masiva del ADN ha sido clave en la investigación
Tras seleccionar a veinticinco familias de entre las trece mil muestras de ADN que cobijaban en el laboratorio, Vilariño-Güell se propuso encontrar "una aguja en un pajar". Por suerte, la tecnología estuvo de su parte. Así pudo identificar un error genético que cambiaba una letra por otra en el ADN de los pacientes. En las dos familias en las que encontró la mutación, dos terceras partes de los parientes desarrollaron la enfermedad. Todos tenían la misma alteración en el genoma. Dicho error genético producía a su vez una proteína defectuosa (LXRA) involucrada en el control de la inflamación, un proceso asociado con la esclerosis múltiple.
Según Villoslada, el gen analizado es importante tanto para el sistema inmune como para el nervioso. Será cuestión de tiempo replicar y validar los resultados hoy presentados, además de determinar el papel que juega la mutación y si es posible desarrollar terapias específicas contra ella.
esclerosis múltiple
Imagen cedida por Carles Vilariño-Güell y University of British Columbia.
¿Es la mutación encontrada la única causa de la patología? Sadovnick rechaza tajantemente esa idea. "Mi fuero interno me dice que habrá familias donde influya más la genética, otras donde importen más los factores ambientales y en algunos casos se verá una contribución similar", comenta la científica. Su descubrimiento, sin embargo, demuestra por primera vez que el ADN juega un papel relevante en la esclerosis múltiple.
El trabajo servirá para impulsar el desarrollo de nuevas terapias y diagnósticos precoces
En el futuro, este trabajo servirá para desarrollar mejores modelos animales de estudio y para impulsar la investigación de nuevos fármacos. En el caso de familias afectadas por el trastorno, podrán someterse a cribados para saber si tienen o no la mutación, que está presente, según los cálculos, en una de cada mil personas. Si la respuesta es afirmativa, la detección y el seguimiento de los pacientes se acelerará, lo que permitirá mejorar su cuidado. A juicio de Pablo Villoslada, el descubrimiento también servirá para conocer mejor el pronóstico de los pacientes, dado que el "error" encontrado en el ADN se correlaciona con una progresión de la enfermedad más agresiva. "Estoy seguro de que en los próximos años se descubrirán más mutaciones. Cada uno de los genes y las mutaciones nos proporcionará una nueva pieza para este gran puzle", concluye Vilariño-Güell. El desafío sólo acaba de empezar.